Se refiere a aquello perteneciente o relativo al lenguaje. La palabra también permite nombrar a la ciencia cuyo objeto de estudio es la lengua.
De esta forma, la lingüística como ciencia se dedica al análisis de la naturaleza y las leyes que gobiernan el lenguaje. A diferencia de la filología, que se interesa en el desarrollo histórico de las lenguas en textos escritos y en el contexto de la literatura y la cultura asociada, la lingüística trata de explicar cómo funcionan las lenguas en un punto dado en el tiempo, para comprender su funcionamiento general.
La lingüística moderna se desarrolla a partir del siglo XIX. Con la publicación póstuma de “Curso de lingüística general” (1916), de Ferdinand de Saussure, la lingüística se convierte en una ciencia integrada a la semiología. Comienza a hacerse hincapié en la distinción entre lengua (el sistema) y el habla (el uso) y en la definición de signo lingüístico (significado y significante).
En el siglo XX, Noam Chomsky desarrolla la corriente del generativismo, que se centra en la lengua como proceso de la mente del hablante y en la capacidad innata (genética) para adquirir y usar una lengua.
El estudio de la lengua como sistema puede llevarse a cabo en distintos niveles: el fonético-fonológico (fonología y fonética), el morfológico (morfología), el sintáctico(sintaxis), el léxico (lexicología y lexicografía) y el semántico (semántica).
Desde el punto de vista del habla, en cambio, puede considerarse al texto como la unidad superior de comunicación y a la pragmática, que estudia la enunciación y el enunciado.
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